Algunos nos habéis preguntado cómo se puede rebajar la potencia contratada, para no pagar energía de más. Para ello, lo primero que se debe hacer es contactar con la comercializadora -la compañía que cobra la luz-, para que solicite la reducción a la distribuidora -la compañía que suministra energía, la instala y lee el contador-. Únicamente deben cobrar poco más de 10 euros por la solicitud.
El cambio requiere que un técnico acuda a la vivienda y modifique el ICP -un interruptor de control de potencia-, para que se adapte a la nueva potencia.
Esta reducción provocará que ese ICP salte antes cuando se conectan varios aparatos eléctricos a la vez, y al saltar se cortará el suministro de luz, que deberá volver a conectarse para que regrese la energía.
Con los nuevos contadores, ese ICP estará integrado en el contador, por lo que no sería necesario que un técnico vaya a la vivienda para modificar la potencia.
El ICP no protege al usuario de esos cortes, al contrario: el ICP los provoca.
Esos cortes no deben suponer ningún daño ni para la instalación eléctrica del domicilio ni para los aparatos eléctricos o electrónicos que estén conectados a esa red, como algunos habéis sugerido. Aunque, como ocurre con cualquier otro corte de suministro de energía, algunos equipos, como los ordenadores, pueden ser más sensibles a sufrir incidencias.
Si actualmente nunca salta el ICP en casa, ésa es una buena pista para saber que quizá la potencia contratada sea excesiva.
Fuente: Quiero pagar menos luz
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