viernes, 16 de marzo de 2012

Apriete el cinturón a su edificio


  • El 60% del gasto de un bloque corresponde a la electricidad y el combustible
  • La iluminación eficiente (led) y las calderas de biomasa reducen la factura
  • ‘Los propietarios de la renovación de instalaciones como un gasto innecesario’
  • Los administradores de fincas, pieza clave para la conversión de los inmuebles

Con la crisis en auge, cualquier euro cuenta y un edificio es todo un filón de ahorro para la comunidad de propietarios. Sobre todo, desde el punto de vista energético -detrás del 60% de los gastos totales de un inmueble (consejería y vigilancia no incluidas) están la electricidad y el combustible-. Según Manuela Julia Martínez, ex vocal del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, basta con aplicar unas sencillas técnicas para reducir este elevado porcentaje y ahorrar significativamente en la factura energética.

Martínez aboga por ‘apretar el cinturón’ del consumo energético a los bloques de viviendas, principalmente, por dos vías: a través de combustibles alternativos y a través de una iluminación eficiente. En primer lugar, en su opinión, “debería pasarse página al gas, gasóleo y fueloil en calderas comunitarias e impulsar el uso de la biomasa”; y, en segundo lugar, “apostar por lámparas de led”. “Ya hay varias empresas que financian la sustitución de las bombillas tradicionales por luces led a cargo del ahorro que se consigue con estas últimas”, recuerda Martínez.

La candidata a la Presidencia del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid el próximo 15 de marzo justifica sus medidas con números. “El poder calorífico de un litro de gasóleo, que cuesta 90 céntimos, es el mismo que aportan 2,2 kg. de biomasa, cuyo precio es de 40 céntimos”, afirma. En cuanto a la electricidad, Martínez señala que una lámpara ledconsume 10 veces menos que una incandescente y tiene una vida útil muy superior. Además, aboga por la instalación de sensores de movimiento en las zonas comunes, que implementan aún más este ahorro de electricidad.

Para plasmar estas iniciativas, Martínez destaca el papel del administrador de fincas para “asesorar, promover e informar”. “El administrador, al estudiar las cuentas de la finca, detecta los gastos y propone las medidas a la junta directiva, que es el órgano que tiene que aplicarlas. En caso de recibir el visto bueno de los propietarios, el administrador es el responsable de llevar a buen término lo acordado”, apunta.

‘Los propietarios están acostumbrados a cuotas mensuales
 y rechazan todo lo que suponga un aumento’

Esta administradora de fincas reconoce que la principal traba que existe a la hora de poner en marcha estas medidas de ahorro energético es “el desembolso económico”. “La gente aún no está suficientemente concienciada y ve estos cambios como un gasto innecesario. Los propietarios están acostumbrados a unas cuotas mensuales y todo lo que suponga un incremento provoca un rechazo inicial. Los administradores estamos trabajando para cambiar esta mentalidad”, explica.

Para Martínez, la clave está en hacer ver a los dueños de los pisos que las inversiones que realizan “se traducen en ahorro de por vida” y que el periodo de retorno de este desembolso “es de entre dos y cuatro años”. Pone de ejemplo la transformación de una caldera de gas o de gasoil en una de biomasa. “El coste de esta instalación en un bloque de 47 vecinos -gasto anual de 42.000 euros anuales- ronda los 20.000 o 22.000 euros, por lo que la inversión se amortizaría en un año aproximadamente”.

Las administraciones públicas ofrecen líneas de ayudas
 para financiar proyectos de eficiencia energética

Esta profesional va incluso más allá. “Hay posibilidad de acceder a estas instalaciones sin gastar nada o una mínima parte”. Apunta que las administraciones públicas ofrecen diferentes líneas de ayudas para financiar proyectos de eficiencia energética. Una tramitación que suelen realizar también los administradores de fincas. En este sentido, por ejemplo, en la región de Madrid indica que de los 100 euros que vale un detector de presencia, 60 están subvencionados por la comunidad.

Además del ahorro energético y económico que suponen estas actuaciones, Martínez dice que responden a las directivas europeas. “Se tiende hacia la creación ya no de edificios de consumo muy bajo, sino de consumo cero, autosuficientes. La tecnología para alcanzar esta meta existe y ya sólo falta comprometerse”. Martínez prevé que en un futuro próximo este aspecto repercuta de manera importante en el precio del inmueble. Ve en esta eficiencia un valor añadido casi obligatorio ya que las Inspecciones Técnicas de Edificios (ITE) reflejarán obligatoriamente la calificación energética de los edificios en su informe.

Fuente: El Mundo

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