Redacción y fuente original: Efimarket
La etiqueta energética nació en los años 90 y ha sido de uso obligatorio por los fabricantes de la Unión Europea. Fue el fruto de la concreción de numerosas leyes ambientales que surgieron en este periodo y nació como elemento informativo para el consumidor, que a partir de aquel momento pudo hacer algo que nunca había hecho y que era comparar el consumo energético de los electrodomésticos que iba a adquirir.
Actualmente, el desarrollo tecnológico alcanzado en la fabricación de estos aparatos ha provocado que las etiquetas energéticas queden desfasadas dado que hoy por hoy la mayoría de los electrodomésticos poseen la más alta consideración energética, es decir, la letra A (recuerden que el sistema valora desde la A a la G en siete categorías de mayor a menor eficiencia).
El desarrollo tecnológico alcanzado en la fabricación de estos aparatos ha provocado que las etiquetas energéticas queden desfasadas.
Pero, ¿hasta que punto ha sido beneficiosa esta etiqueta?… Pues bien, como parece lógico pensar, esta etiqueta ha supuesto un impulso en la carrera de los fabricantes por el desarrollo de mejores y más eficientes tecnologías en sus aparatos, ya que de algún modo, el ser eficiente se ve premiado por estas etiquetas que, ahora sí, actúan como elemento diferenciador para los consumidores y mejoran cifras desde el punto de vista de las ventas.
Gracias a estos distintivos informativos, se ha creado también una cultura eficiente en los consumidores porque ahora pueden comparar productos dentro de unos criterios energéticos y de sostenibilidad. Pero no hay duda de que el impacto hubiera sido menor de no ser por el apoyo de la Administración que ha apostado fuerte por la eficiencia con aportaciones económicas plasmadas en los diversos planes Renove para electrodomésticos puestos en marcha en los últimos tiempos.
Y bien, para arreglar ese desfase en las viejas etiquetas del que hablabamos antes, ya tenemos aquí la nueva etiqueta energética, de uso obligatorio a partir del 30 de Noviembre de 2011 y que incluye, entre otras cosas, tres nuevas categorías de eficiencia: A+, A++ y A+++. Esta nueva normativa afectará a aparatos domésticos de refrigeración (frigoríficos, congeladores,vinotecas), lavadoras (con capacidad asignada superior a 3 Kg, que deben tener una eficiencia de lavado clase A) y lavavajillas (con una eficiencia de lavado clase A).
La nueva etiqueta será identica en todos los paises y mantiene la escala de letras desde la A+++ hasta la D. El motivo de ampliar la escala por encima de la A en vez de por debajo de la G no es más que un pequeño matiz que evita el ‘desescalado’ que se produciría si, por ejemplo, un producto pasara de estar en la categoría A a estarlo en la C con la previsible pérdida de imagen frente a los clientes que pudieran interpretar ese descenso como una pérdida de calidad.
Es por ello que los fabricantes presionaron para que se alcanzara una solución lo más favorable posible para todo el mundo y es así como surgió este nuevo sistema de pluses. Otra novedad que se incluye es la sustitución de textos por pictogramas, diferentes según el tipo de electrodoméstico, que harán más fácil la intercambiabilidad, y promoverán la universalidad (al menos dentro de la Unión Europea) de estas etiquetas.
Los pictogramas aportarán datos acerca de las prestaciones específicas del aparato en cuestión segun su funcionalidad (por ejemplo, consumo de agua anual para una lavadora o volumen de almacenamiento para un congelador) y, por primera vez, de sus niveles de ruido.
Los pictogramas aportarán datos segun la funcionalidad del aparato y, por primera vez, de sus niveles de ruido.
Pero parece que esta nueva etiqueta nace con fecha de caducidad y es que existe el compromiso de revisarla si ocurre antes de 2014 lo que ha pasado ahora, es decir, si la mayor parte de los electrodomésticos se situan en la categoría más alta, cosa por otra parte previsible viendo la sucesión de avances y mejoras en materia de consumos.
CONSUMO ENERGÉTICO EN EL HOGAR. ALGUNOS DATOS ILUSTRATIVOS
- Las familias son las responsables de aproximadamente el 30% del consumo energético total en España (el hogar supone un 18% y el transporte con vehículo particular un 12%).
- Los electrodomésticos representan el 13% del consumo energético del hogar.
- La iluminación representa un 9% del consumo energético del hogar.
- Suponiendo que un hogar sólo utilizara electricidad, el consumo de todos los electrodomésticos representaría el 64% del total.
- El electrodoméstico que más consume es el frigorífico, con un 18% del consumo de los electrodomésticos.
- En segundo lugar vienen los televisores, que requieren el 10%.
- Le siguen lavadoras (8%) y los pequeños electrodomésticos (7%).
Una de las maneras de fomentar la eficiencia energética en el comparador de tarifas de luz
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