viernes, 3 de octubre de 2014

¿Qué iluminación elegir para ahorrar en la factura de la luz?


La iluminación en el hogar es una de las partidas de gasto más importante de la factura eléctrica en el hogar, especialmente en los próximos meses de otoño e invierno. La media de un hogar es de un 18%, una cifra que se dispara si nuestra vivienda tiene uso mixto como residencia y oficina. Por todo ello, invertir en el ahorro de iluminación es una de las formas más rentables de conseguir ahorro en una magnitud más que importante, hasta un 80% si partimos de los sistemas de iluminación más ineficientes. 

Lámparas incandescentes 

Cada vez son menos hogares que tienen lámparas incandescentes en su hogar, especialmente tras diferentes campañas en las que se fomentaba su sustitución por las de ahorro energético y especialmente por la escasa vida de la mismas, son las que más rápidamente se funden y por tanto se sustituyen. Esta tecnología anticuada basaba la creación de iluminación a base de calentar un pequeño filamento, por lo que el 95% de la energía se convierte en calor y tan sólo un 5% se dedica a luz. Aunque baratas a la hora de comprar son muy caras en el consumo. 

Lámparas halógenas 

Mucho más frecuentes en algunos hogares, pero lo que muchos consumidores desconocen también fácilmente sustituible por la tecnología LED. Tienen mejor rendimiento de luz que las incandescentes pero es elevado, a lo que hay que unir que muchas de estas requieren de un transformador de 12 voltios. No son económicas pero si ofrecen otro tipo de ventajas, como ofrecer toda la potencia de una luz desde el momento de encendido con una luz cálida (amarillenta). 

Tubos fluorescentes 

Es una tecnología conocida, pero sigue siendo económica y eficiente. Su funcionamiento se basa en la combinación de gases y sales (que recubren el tubo) que emiten luz con el paso de la energía eléctrica. Su eficiencia le lleva a consumir alrededor de un 80% menos para dar la misma luz que una lámpara incandescente con una duración de entre 6 y 20 veces mayor. Son especialmente ideales para lugares donde requiera mucha iluminación de forma intensiva en el tiempo, durante muchas horas, teniendo en cuanta que tardan un tiempo en dar toda la potencia de luz y el número de encendidos les afecta negativamente. En estos años del tubo de neón con luz blanca y “fría” que se usaba especialmente en las cocinas ha evolucionado a otras combinaciones que permiten escoger tonalidades y llevar ahorro energético en función del lugar y la actividad que se va a desarrollar. 

Bombillas de bajo consumo 

Este tipo de iluminación está cada vez más extendido. Cuentan con la misma tecnología que la de los tubos fluorescentes pero se trata de un elemento mucho más pequeño (bombilla). Frente a una bombilla normal, tienen una duración de hasta 8 veces más, aunque en el mercado también hay tipos de bombillas de bajo consumo que no tienen esa duración y que tienen un menor precio. Se trata de elegir aquella bombilla que tenga una buena relación de precio y duración. Estas bombillas son económicas pero se encuentran con un inconveniente, y es que tardan hasta que dan toda la potencia que son capaces de dar. Por lo tanto, se recomienda que este tipo de bombillas se utilicen en lugares donde se estime que estará encendida durante bastante tiempo.


Escrito por: Antonio Gallardo
Publicado en: Cinco Días

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