martes, 11 de febrero de 2014

Guía para entender el nuevo recibo de la luz


El Gobierno parece dispuesto a revolucionar la factura de la luz que pagan la mayoría de los españoles. El Ministerio de Industria pondrá fin el próximo abril al actual sistema de subastas que sirve para fijar la tarifa, y lo sustituirá por un nuevo modelo que establecerá el precio en función de cómo cotiza la electricidad en el mercado mayorista.

El Ejecutivo busca soluciones para apaciguar las consecuencias el caos en que parece que se había instalado el sector eléctrico. La subasta de diciembre que servía para fijar la tarifa durante el primer trimestre se desbocó y obligaba a una inasumible subida del 11% desde enero. El Gobierno entonces decidió evitar el ‘tarifazo’ e improvisó un nuevo precio que limitaba el incremento al 2,3%.

Tras intervenir abruptamente el mercado, el Ministerio de Industria estaba abocado a establecer un nuevo sistema. Parece que lo ha encontrado. Éstas son algunas de las claves del nuevo recibo de la luz que millones de clientes empezarán a pagar el próximo abril.

¿A quién afecta la nueva tarifa?

Los cambios sólo afectan a los clientes que están acogidos a la tarifa regulada que son la mayoría. La antigua tarifa de último recurso (TUR) ha pasado a denominarse desde el pasado enero precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) y a ella están acogidos más de 16 millones de clientes en España.

La tarifa está integrada por un componente energía que sirve para cubrir los costes de la generación de energía y que se fijaba en subastas trimestrales; un segundo componente que son los peajes de acceso que determina el Gobierno y que cubren los costes regulados (distribución, transporte, las primas a renovables y cogeneración, costes extrapeninsulares); y también por impuestos.

¿Cómo se establecía el precio de la luz hasta ahora?

El Gobierno fijaba directamente el nivel de los peajes de acceso, que representaban aproximadamente la mitad del recibo, y también los impuestos. El componente energético de la factura se establecía trimestralmente a través de subastas en la que participaban fondos de inversión, traders y las propias compañías eléctricas. Son estas pujas, las denominadas subastas Cesur, las que elimina ahora Industria para evitar sobresaltos como el ‘tarifazo’ de diciembre y, según el propio Ministerio, para abaratar la tarifa.

¿Cómo se fijará el precio a partir de abril?

Los peajes los seguirá fijado el Gobierno, aunque desde el 1 de enero se ha instaurado un nuevo sistema que contempla subidas automáticas si se producen desviaciones de los costes previstos del sistema eléctrico. Es en la fijación del componente energético en el que se produce una auténtica revolución. Desde el próximo abril esa parte del recibo se fijará no por subastas trimestrales, sino en función de la cotización del mercado mayorista (pool).

Si el usuario tiene contador inteligente, que mida el consumo por horas, en su factura mensual vendrá desglosado cuánto consumió en cada momento y qué precio tenía el kilovatio en ese preciso instante, según su cotización en el pool. Si el usuario no tiene contador inteligente, la eléctrica calculará la media de todos los días del periodo de facturación, que seguirá teniendo carácter bimestral.

Para evitar la fuerte volatilidad en los recibos, el Gobierno va a ofrecer la posibilidad de que los usuarios se acojan a las futuras ofertas que, se supone, harán las eléctricas, con una especia de tarifa plana para todo un año: pagar lo mismo por cada kilovatio, independientemente de lo que haga el pool.

¿Pagaré más o menos que hasta ahora?

Con el nuevo sistema de precios, el Gobierno calcula que el recibo se abaratará un 3% durante este año. Sin embargo, a pesar del optimismo oficial, los precios dependerán de cómo evolucione la cotización del pool, un mercado que se muestra extremadamente volátil. Fuentes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo explicaron que el ahorro global con el nuevo sistema será superior a los 200 millones de euros, lo que equivaldría a esa rebaja del 3% que se espera y que los clientes empezarían a notar a partir del próximo mayo, cuando el nuevo sistema esté plenamente vigente.

¿Qué otros cambios hay en el recibo de la luz?

En paralelo a los cambios en el sistema de fijación de los precios, el Gobierno acaba de poner patas arriba la estructura misma del recibo de la luz: sube la parte fija de la factura (potencia contratada) y baja la parte variable (el consumo). El resultado es que cuanta menos electricidad se consume, mayor es el impacto del alza de la cuota fija y más sube la factura final. Y, en cambio, cuanta más electricidad se consume, la subida del fijo se diluye, e incluso puede suponer un ahorro para los clientes que más gastan.

Para la inmensa mayoría de los consumidores (los que tienen contratados una potencia inferior a los 10 kilowatios) la cuota fija aumenta un 20%, mientras que el componente de consumo se reduce un 17%. Con la nueva subida que entró en vigor el 1 de febrero, la cuota fija es de 42,04 al año por cada kilowatio contratado, el doble que hace un año. El doble. 

Escrito por:  David Page y Miguel Ángel Patiño y publicado en Expansión

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